Pasados unos años desde que Zapatero nos prometiera brotes verdes y unos meses largos desde que todo el establishment se pusiera de acuerdo en decirnos que "estamos saliendo de la crisis", la cruda realidad llama a la puerta mediante malas noticias. El gobierno de Urkullu y su radio-televisión "pública" se empeñan en atiborrarnos a publireportajes sobre lo bien que les va a las empresas vascas, mientras la otra cara de realidad se precipita y se hace cada vez más grande. Los anuncios de despidos en TRW de Iruñea o el ERE de ACB en Sestao, los datos del paro que cronifican la situación de 200.000 personas en paro y la precarización cada vez más generalizada de las condiciones laborales, ponen en evidencia que ciertamente no estamos saliendo de crisis alguna.
Cronificación del paro y precarización de las condiciones de vida y trabajo
Cosa muy diferente es que hay quien además de haber hecho un gran negocio en estos largos años de crisis, ahora plantea que las cosas no tienen por qué cambiar y que hay que seguir profundizando en políticas y medidas neoliberales que no hacen otra cosa que aumentar la brecha social.
Efectivamente, si desde la década de los años 80 se está produciendo un trasvase desde las rentas de trabajo a las rentas de capital, hay quien ha utilizado esta crisis para acelerar ese proceso. Fiel ejemplo de ello es el incremento enorme del número de ricos y de sus riquezas. Pero por si todo esto fuera poco, hay quien en la actualidad pretende la cronificación de altas tasas de paro para garantizar siempre un gran número de personas dispuestas a trabajar en condiciones laborales muy precarias y con ello, presionar a la baja a quien ya ostenta un puesto de trabajo.
Las reformas laborales decididas por los grandes poderes financieros, propuestas por la UE, dictadas e impuestas por Madrid y acatadas sumisamente por los gobiernos de UPN y PNV, han generado una grave situación en Euskal Herria. Estas reformas, lejos de permitir la recuperación del empleo y un salario y condiciones laborales dignas, no hacen otra cosa que dar carta blanca a las multinacionales y grandes empresas para llevar a cabo los despidos o los EREs antes comentados.
Las políticas neoliberales de desmantelamiento de los servicios públicos y las reformas laborales impuestas a Euskal Herria, tienen como objetivo cronificar y agrandar una brecha social que acarrea el incremento de la riqueza de unos pocos en detrimento de una mayoría social cada vez más precaria y con problemas reales para llegar a fin de mes y poder vivir dignamente. El nuevo impulso neoliberal y la falta de soberanía condena a Euskal Herria a la precarización de las condiciones de vida y trabajo de cada vez una mayor parte del pueblo trabajador vasco.
La movilización social es clave para frenar al neoliberalismo y la sumisión política al mismo
Tras los anuncios de las mencionadas dos multinacionales, trabajadores, sindicatos y formaciones políticas salimos recientemente a la calle en Iruñea y Sestao para denunciar las pretensiones empresariales, pedir apoyo institucional y garantizar el empleo digno de las personas que ahora lo tienen amenazado.
Es fundamental entender que incluso las multinacionales no pueden tomar las decisiones de un día para otro, que a menudo para la ejecución de sus planes (por ejemplo, la recalificación de los terrenos) necesitan del apoyo de una clase política al servicio de sus intereses. Y, finalmente, quizá, cerrarán una empresa pero no se abrirá otra si en este país no hay una política económica e industrial activa que tenga por objetivo un nuevo modelo económico y social más ecológico y más social. Por todo ello, hay que subrayar el valor de la movilización. Es importante entender que las políticas neoliberales tienen su base, entre otras cosas, en la batalla de las ideas y que esta batalla las gentes de izquierdas y las clases populares la tenemos y podemos ganar unicamente en la calle y en los lugares de trabajo y de estudio. Los medios de comunicación, por razones obvias, están reservados para otros.
Soberanía para un nuevo modelo económico, social y ecológico
En todo caso, además de responder en la calle al modelo neoliberal y sus consecuencias, es tiempo de proponer y construir alternativas. Tenemos la necesidad de hacer frente a la cronificación del empleo y la precariedad con propuestas y políticas para la creación de empleo digno.
Tenemos que denunciar la economía especulativa y de casino, y apostar por un nuevo modelo económico que tenga como prioridad garantizar una vida digna para todas las personas. Un modelo basado en el desarrollo local, la soberanía alimentaria y la energética, una industria moderna, descentralizada y ecológica, un sector público potente que apoye también la economía social y solidaria, o el pequeño comercio que da vida a nuestras calles y, como no, con servicios públicos de calidad. Un modelo que tenga como objetivo la justicia social y la igualdad entre hombres y mujeres.
Es evidente que para todo ello, Euskal Herria necesita plena soberanía económica. Nos dicen que en una época de globalización los estados no tienen sentido. Nosotros decimos que deseamos tener en nuestras manos los mismos instrumentos que cualquier otro país para hacer frente al neoliberalismo y construir nuestro propio modelo económico y social. Responder a las agresiones neoliberales y construir nuestra propia alternativa, ese es nuestro reto y nuestro compromiso.