Estamos en pleno cierre del curso político; tenemos por delante unos días de descanso en agosto, y antes de que en unas semanas entremos de lleno de nuevo en la realidad política, quisiéramos compartir algunas ideas.
Se nos avecina un curso político repleto de contenidos y que va a ser muy importante, no nos cabe ninguna duda. Creemos que va a ser un curso que va a conocer hitos políticos de primer nivel aunque sería un tanto atrevido intentar en estos momentos dibujar el terreno de juego concreto que tendremos. En cualquier caso es evidente que estamos ante una realidad muy cambiante; que se va a ir perfilando poco a poco a partir del verano. Y la Izquierda Abertzale tiene el reto de estar preparada para intervenir de manera efectiva sea cual sea el escenario en el que tengamos que plantear iniciativa y trabajo político.
Treinta y siete años después del inicio de la transición española, la reforma de la reforma del régimen franquista está totalmente en entredicho. El fracaso de esta fase del sistema capitalista ha acelerado también la crisis del modelo político y también de Estado; los soportes que se pretendían utilizar para la reforma del Régimen del 78 han demostrado estar podridos; y el sistema que se basaba en el bipartidismo y la alternancia en el gobierno del PP y el PSOE está tocado y hundido. Y todo esto se está además, agudizando de una manera extraordinaria porque Catalunya se va, y porque tiene definida una hoja de ruta muy potente, muy solvente, y sobre todo, que goza de un apoyo político y social mayoritario.
Desde esta atalaya miramos 37 años atrás y cada vez tenemos más claro que la Izquierda Abertzale acertó en su apuesta política; acertó con una posición insobornable en favor de la Ruptura Democrática y de denuncia del fraude de la Reforma española.
¿Qué defendimos entonces? Que el modelo que se pactó en el 77 no podría en ningún caso evolucionar hacia el reconocimiento plurinacional del Estado y el respeto al derecho de autodeterminación de las diferentes naciones del Estado español. Y hoy, esta tesis es incuestionable.
Y volviendo a la situación de hoy día, 37 años más tarde, conseguir la Ruptura Democrática sigue siendo imprescindible para Euskal Herria. La posición del PSOE y el PP no arroja dudas en este momento de cambios: están ambos dos implicados en una operación de Estado que tiene un objetivo definido y que no es otro que culminar la reforma de la reforma del régimen franquista; y desde esa posición, el principal agarradero del PP y del PSOE es negar -como si fueran uno solo- el derecho a decidir a vascos, catalanes... a todas las naciones del Estado; negar con vehemencia y desde una posición de abuso el derecho a decidir. Y en ese objetivo, insistimos, no hay diferencia alguna entre el PP y el PSOE, son uno.
Por lo tanto, desde la realidad del 2015, de qué hablamos cuando citamos la necesidad de una Ruptura Democrática? Estamos hablando de hacer frente a la reforma de la reforma del Franquismo; y que para eso será importante unir fuerzas con la izquierda transformadora del Estado y con la izquierda independentista de Galiza y los Països Catalans; porque somos muchos y muchas quienes pensamos que es el momento de romper con el Régimen del 78, y la colaboración entre todos puede ser un activo a tener en cuenta; siempre actuando desde casa y para casa, desde Euskal Herria y para Euskal Herria. Y para qué? Principalmente para plantear una exigencia, que es el respeto al derecho a decidir, un derecho que nos asiste como nación.
La ruptura democrática con el franquismo es ya inevitable en el Estado español. Y nosotros los y las independentistas, la gente de la izquierda ya estamos preparados para impulsarla con ánimo constructivo.
Nosotros y nosotras pensamos que a los independentistas no nos deben doler prendas en trabajar junto a quienes quieren de verdad cambiar las cosas en el Estado español. No de cualquier manera, ni para cualquier cosa; no desde luego para que cualquier nuevo escenario sirva durante otros 40 años para seguir sojuzgando a los pueblos del Estado español y a sus clases populares y trabajadoras. Y por lo tanto, a todos quienes estén pensando en cómo ser activos para el cambio les pedimos que no planteen acuerdos ni con el PP ni con el PSOE; ningún acuerdo con quienes niegan a los vascos y vascas el derecho a decidir libremente su futuro pero a su vez conceden dicho derecho a la Troika y a la economía especulativa.
Ante la perspectiva del tiempo político más cercano, queremos subrayar que el principal objetivo de SORTU será hacer realidad el ejercicio del derecho a decidir para toda la ciudadanía vasca; todo ello en el camino de la consecución del Estado Vasco, nuestra aspiración estratégica, y que la mayoría de la ciudadanía vasca deberá hacer suya para poder hacerla realidad. Es impresionante la labor realizada en esa dirección en los últimos tiempos, especialmente desde el ámbito de la sociedad civil organizada; y desde luego, SORTU tiene la intención de seguir apoyando y propiciando esa labor.
El derecho a decidir tiene su fundamento básico en la voluntad democrática de la ciudadanía. La ciudadanía vasca es suficientemente madura y está preparada para tomar las decisiones que le corresponde y ser protagonista de su futuro. No es posible establecer cortapisas a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía, ni aquí ni tampoco en Catalunya. No hay ni habrá artículo alguno en la Constitución Española que pueda parar la libre voluntad de la ciudadanía vasca, ni el 155 ni ningún otro.

Queremos poder decidir todo; el derecho a decidir es una herramienta fundamental para ser utilizada en la definición de nuestro estatus económico y social, cultural, educativo... Debemos poder decidirlo todo, sin límites impuestos y ajenos a nuestros intereses como país. Y en esa Vía Vasca iremos levantando los pilares del Estado Vasco con todos aquellos y aquellas que tengan disposición a hacerlo.
Para todo eso necesitamos que SORTU sea una herramienta política cada vez más efectiva; necesitamos una Izquierda Abertzale todavía más cohesionada, más amplia y más fuerte para consolidar la apuesta por la paz y la libertad de este país. Somos los y las depositarias de una lucha de muchísimos años, y los desafíos a los que vamos a tener que hacer frente en los próximos meses y años necesitan una Izquierda Abertzale firme y unida. Es necesario que todos y todas, cada cual desde nuestra aportación militante actuemos al unísono en un momento en que se abren nuevas oportunidades para soltar amarras con el régimen del 78.
Esos son los retos a corto plazo y con ellos en mente vamos a celebrar una reunión extraordinaria del Consejo Nacional de SORTU; un seminario de dos días que tendrá lugar hoy y mañana y que servirá para ir perfilando nuestra actuación ante los envites del próximo curso político. Realizaremos un análisis de toda esta coyuntura y compartiremos los resultados del mismo con nuestra base militante en las Escuelas de Verano que celebraremos el último fin de semana de agosto.
