Intervención de Pernando Barrena en el acto por la libertad de Rafa Larreina, "Rafa askatu" el 30 de junio en Barcelona:
Bona tarda a tothom.
Estamos aquí para recordar la situación de absoluta injusticia en la que se encuentra Rafa Díaz; preso desde octubre del 2009 (con un intervalo de año y medio de libertad condicional.
Rafa es el último que aún permanece en prisión como consecuencia de aquella operación que denominaron Bateragune; cuyo gran delito parece que fue hacer que la Izquierda Abertzale siguiera haciendo política y cuya intención real fue tratar de impedir que el nuevo tiempo político para la paz llegara a Euskal Herria. Y hay que recordar, ahora que tenemos la tendencia de achacar todos los males al PP; que aquella salvajada la hizo el PSOE con Pérez Rubalcaba a la cabeza.
Una de las principales constantes de la IA a través de los tiempos ha sido mantener un trabajo político casi obsesivo en favor de la resolución del conflicto político vasco; no solamente a sus consecuencias como presos, víctimas, armas... Sino también a su aspecto más troncal, más definitorio, cómo es la negación permanente del derecho de la sociedad vasca a decidir libremente su futuro.
El repaso a la figura militante de Rafa Díez es una historia de la lucha más reciente de un país por sus derechos nacionales y sociales y la resolución del conflicto político vasco. Para referirse a su faceta sindical hay personas más cualificadas que yo y por lo tanto me voy a ceñir más al perfil más político de Rafa.
Podría decirse que el cambio estrátégico de la Izquierda Abertzale es el resultado no solamente de una reflexión en el 2008, sino de un devenir histórico de al menos 30 años.
Un recorrido que comienza en las negociaciones de Argel en 1989; sigue con el acuerdo de Lizarra Garazi en el 98 y continúa en el Santuario de Loiola y en Suiza en el 2010.
Rafa Díez ya estuvo en aquel entonces en Argel como miembro del equipo negociador con el gobierno español.
Rafa fue uno de los que entre bambalinas trabajó por el diseño de Lizarra Garazi y el esquema de defensa del derecho a decidir acordado con el PNV y otros actores políticos y sociales vascos.
Y Rafa también fue parte importante y protagonista de la reflexión que condujo al cambio de estrategia de la Izquierda Abertzale en el 2010.
Rafa es de una generación anterior a la mía, pero he podido compartir con él gran parte de la labor de la IA por la apertura de un proceso de resolución.
Seguro que su hijo Naike que hoy está con nosotros nos podría hablar con más conocimiento de causa que otros de quien es Rafa Díez como persona; yo me voy a limitar a destacar los valores que más aprecio en Rafa y creo que lo hacen diferente y único; y son, la empatía y profundo sentimiento de respeto hacia el diferente, y por otra parte como valor más político su capacidad de visión panorámica, de visión integral.
Recuerdo que en diciembre del 98, una representación de la Izquierda Abertzale compuesta por Rafa, Arnaldo Otegi, Iñigo Iruin y yo mismo mantuvimos una reunión con una delegación del Presidente Aznar en un pueblo de Burgos. Actuaba de mediador el Obispo Uriarte; y a la hora de dar por finalizado el encuentro, Uriarte recriminó a los enviados de Aznar (Pedro Arriola, Martí Fluxà y Zarzalejos) que hubieran utilizado un lenguaje "soez" en su presencia, mientras que Rafa Díez que ejerció básicamente de portavoz fue en todo momento respetuoso con el resto y especialmente el Obispo. Ése es Rafa Díez, alguien que respeta el derecho que cada cual tiene a ser y pensar como crea oportuno.
También me viene a la memoria que en una ocasión de especial efervescencia política -creo recordar que en las horas previas a la tregua de ETA de marzo del 2006- un compañero y yo nos acercamos a la sede del sindicato a hablar con Rafa y nos lo encontramos en una asamblea con trabajadores de varias empresas en conflicto laboral. Era sorprendente porque conocía a todos y estaba al día de lo que ocurría en las empresas respectivas... Y recuerdo que el compañero que venía conmigo me dijo: "este Rafa es impresionante; igual te mueve a diez premios Nobel de la Paz para apoyar el proceso de paz, que se pone a hablarte del convenio de pan Bimbo". Y a eso me refiero cuando trato de poner en valor esa capacidad de trabajo y de visión integral socio-política que tiene.
Rafa Díez es una persona reconocida no solamente por sus compañeros de militancia sino también por quienes han tenido que vérselas con él en la negociación del convenio de Michelin, en las relaciones sindicales o en situaciones más delicadas. La buena relación personal entre Rafa y el entonces SG de ELA Joxe Elorrieta fueron fundamentales para ayudar a la apertura del tiempo político del acuerdo de Lizarra Garazi desde la mayoría sindical vasca. Lo que ahora se denomina como "crear oportunidades, abrir expectativas", para Rafa son los hombres, mujeres, iniciativas, actitudes "abrelatas". Es un dicho muy suyo: "esta es una propuesta abrelatas"; necesitamos una persona "abrelatas"... Es una expresión muy sugerente que es genuinamente suya. Y que alguna vez que la he utilizado me trae un grato recuerdo.
Como seguramente algunos recordaréis, los miembros de la Mesa Nacional de Batasuna fuimos encarcelados entre octubre del 2007 y febrero del 2008 y permanecimos más de dos años en prisión. El momento más delicado políticamente hablando de ese tiempo fue cuando en octubre del 2009 detuvieron a Arnaldo Otegi, el mismo Rafa Díez, Txelui Moreno aquí presente y otros. De entre los que detuvieron y fueron finalmente a prisión, sólo Rafa pudo abandonar la cárcel durante casi año y medio en libertad condicional para cuidar a su madre que se encontraba enferma en ese momento. Estamos hablando de principios del 2011, y recuerdo que para nosotros -además también para su madre- fue una bendición que Rafa pudiera estar en libertad aunque fuera de manera tan precaria. Su aportación política tuvo mucho que ver con diferentes iniciativas de la época y creo que es de justicia decir que detrás de hitos fundamentales históricos de hace 5/6 años en Euskal Herria como la declaración de Bruselas (premios Nobel de la paz por la resolución del conflicto vasco) o el acuerdo de Gernika entre diferentes partidos y agentes sociales vasco estuvo también -entre otras- la mano de Rafa Díez meciendo con paciencia la cuna del nuevo tiempo político.
Rafa Díez es por lo tanto uno de los principales artífices del nuevo tiempo político para la paz en Euskal Herria; y aunque suene fuerte, es por eso que lo encarcelaron. Ése es su delito; su acreditada trayectoria política en favor de la paz y los derechos de los vascos y vascas lo han hecho acreedor de un trato vengativo e inaceptable por parte del Estado.
A pesar de la prisión, me consta que sigue siendo un optimista; pero un optimista científico, como siempre lo ha sido, con los pies en el suelo.
Que devora todo lo que le llega sobre los avances del proceso independentista catalán y que lo vive como propio.
Que no deja de devanarse los sesos sobre cómo fortalecer la vía vasca a la independencia y la justicia social.
Y que ve con preocupación que es urgente abrir un segundo frente independentista en Euskal Herria que crearía serias dificultades al Estado y a su diseño antidemocrático de España.
Por eso, me atrevería a decir que sus preocupaciones no son muy distintas de todos y todas nosotras; y que probablemente la cárcel sea para él, desde la dureza de su situación, una atalaya privilegiada desde donde de aquí a poco más de un año volverá para seguir aportando humana y políticamente -estamos seguros- a un proyecto de emancipación nacional y social que lo necesita al igual que a todas las personas que en estos momentos se encuentran privadas de libertad por motivación política.
Es de justicia que Rafa Díez recupere la libertad a la mayor brevedad posible; y es de justicia también que si de verdad aspiramos a la normalización de la sociedad vasca todos los presos y presas políticos vascos vuelvan a sus casas y sean activos del proceso de resolución. Excarcelación; desarme/desmilitarización; y reparación de todas las víctimas, son los tres grandes retos que como sociedad tenemos pendiente con nuestro pasado y sobre todo con nuestro futuro; y ya no puede esperar más.
Eskerrik asko, moltes graciès a tothom!
