La absolución de los cuatro guardias civiles demuestra una vez más la impunidad que sigue manteniendo la tortura en este país. Vimos cómo Sandra Barrenetxea identificó a tres de ellos y continuamos sin podernos quitarnos de la cabeza su estremecedor testimonio.
El testimonio de Sandra Barrenetxea fue certificado por el protocolo de Estambul. Sería un escándalo si se confirmara que los jueces hubieran no hubieran tomado en consideración este método que certifica la veracidad de los relatos de torturas, homologado internacionalmente.
De los 5.657 casos de tortura recogidos en Euskal Herria, han sido muy poquitos los que no han quedado impunes. La tortura ha sido sistemática y la han padecido muchísimas personas. La impunidad de la tortura resulta aún más dolorosa en este momento en el que avanzamos hacia un escenario nuevo. Para conseguir una paz y una convivencia verdaderas habrá que trabajar en aras de conseguir, entre otras cuestiones, el reconocimiento, la justicia y la reparación de todas las personas víctimas de la tortura.
SORTU quiere ofrecer su apoyo a Sandra Barrenetxea y a todas las personas que, pese a haber sido víctimas de la tortura, no han visto reconocido su sufrimiento hasta el momento.
