Manifestamos nuestra solidaridad con los encausados, sus familiares y amistades ante el drama que están viviendo.
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Exigimos que sean retirados los cargos los imputados o la devolución de la causa a los juzgados de Iruñea, de donde nunca debió haber salido.
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Denunciamos el mantenimiento de la legislación y las políticas de excepción, así como el interés del Estado en perpetuar el anterior ciclo político con el objetivo de lastrar el proceso de liberación nacional y social del pueblo vasco y, más concretamente, de dificultar la puesta en marcha y el desarrollo de un proceso soberanista.
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Denunciamos el doble rasero de la mal llamada justicia española: estos jóvenes, al igual que los de Altsasu, enfrentan peticiones de cárcel desorbitadas, mientras los responsables del genocidio franquista o del terrorismo de estado, torturadores o centenares de políticos corruptos se pasean libremente por las calles.
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Por último, como dijimos en su día, la izquierda abertzale no comparte ni los análisis ni las estrategias de los sectores convocantes de aquella manifestación. La izquierda abertzale tiene claro qué estrategias resultan eficaces y cuáles no, no ya para enfrentar la represión del estado, que también, sino para construir un estado propio, que es el instrumento que necesitamos las clases populares y trabajadoras vascas para transformar la sociedad. Y las estrategias eficaces son, al igual que en Catalunya, aquellas capaces de suscitar la adhesión de amplias mayorías populares, y no respuestas del todo minoritarias que en última instancia refuerzan la posición y los intereses del estado en la medida que facilitan la criminalización del conjunto del independentismo y dificultan la articulación y el desarrollo de un proceso soberanista realmente emancipador y transformador.
