La salida de prisión a un centro para tratar problemas neurológicos del preso político vasco Ibon Iparragirre es una noticia que no llena nuestras espectativas al respecto. Los últimos informes realizados por un médico especialista en la enfermedad que padece Ibon, son concluyentes y daban margen para haber decidido que siguiera cumpliendo su condena en casa, ya que era esta medida la que se le solicitaba para Ibon.
La modalidad de prisión atenuada que se le aplica en este caso a Ibon, significa que abandona la prisión y pasa a cumplir la condena en el centro especializado Aita Menni de Arrasate. Queremos dejar claro que no es esta la decisión judicial que esperábamos, dado que se podían haber tomado otro tipo de decisiones que conciliasen las medidas de control con la necesidad de un tratamiento adecuado para su enfermedad, en su casa y con sus familiares.
La vida de Ibon está en peligro. Se ha llegado a esta situación extrema por el propio desarrollo de su enfermedad, pero también por las condiciones de vida que se dan en las prisiones, que siempre agravan cualquier tipo de patología referente a la salud. Ibon debería haber estado en la calle desde hace tiempo con solo habersele aplicado el “principio de humanidad”, un principio que esta vetado para los presos políticos vascos gravemente enfermos. La decisión que se le aplica ahora a Ibon entra dentro de la dinámica de la legislación de excepción, en la que sigue primando el castigo y la venganza y no la justicia.
Desde Sortu queremos incidir en la necesidad de desactivar la politica penitenciaria de excepción y que sea el respeto por los derechos humanos los que marquen la orientación de las decisiones judiciales. Especialmente las dirigidas a tratar las situaciones de los presos gravemente enfermos. Deseamos asimismo que la nueva situación de Ibon le sirva para que supere la fase crítica en la que se encuentra y que dedique todas sus fuerzas a luchar por su salud.
No olvidamos agradecer a todas las personas, instituciones y organizaciones políticas y sindicales que de una manera u otra han apoyado las diversas formas de petición de libertad de Ibon Iparragirre en los últimos meses.
Solo nos queda desear que el resto de presos políticos vascos gravemente enfermos salgan también de prisión para que puedan vivir su enfremedad de una manera digna y con la atención medica adecuada. Deseamos que el “principio de humanidad” sea la doctrina que se imponga a las próximas decisiones judiciales sobre presos enfermos.
Ibon etxera!!!
