Antes de nada, desde Sortu queremos subrayar que la consulta popular que se va a llevar a cabo en el Principat de Cataluña el día 9 de noviembre de 2014 es un ejercicio democrático ejemplar y sin ningún "pero".
Hasta llegar a este punto, y para llegar a él, la sociedad catalana ha impulsado y llevado a cabo decenas de consultas en pueblos y ciudades, además de movilizaciones masivas, erigiéndose así en la verdadera protagonista de todo este proceso.
Y queremos igualmente destacar, desde Sortu, la importancia del paso dado el jueves en este proceso, así como el compromiso que han tomado distintas fuerzas políticas catalanas para dar cauce a la voluntad popular ampliamente manifestada.
En contraste, la respuesta del Estado español ha sido la de la imposibilidad y la amenaza de prohibición, y es que su falta absoluta de oferta democrática les lleva, como otras tantas veces, a intentar bloquear el proceso mediante la cerrazón y la amenaza. PP y PSOE, Rajoy y Rubalcaba, han protagonizado otro capítulo negro del libro de España, lo que paradojicamente ha encendido el ansia de independencia de un pueblo catalán harto de sus desprecios.
Tres palabras resumen perfectamente el contexto: democracia versus negación. De un lado, quienes exigen respeto a la voluntad popular y del otro, quienes imponen el proyecto español negando esa voluntad popular. Demócratas y negacionistas.
Nuestros dos pueblos están inmersos en un proceso hacia la independencia, como única opción a la permanente negación que nos llega desde Madrid, cada uno con su propia realidad y con sus propias circunstancias. Catalanes y vascos, catalanas y vascas, tenemos el mismo sueño, aunque resulta innegable que la realidad de nuestros dos pueblos es diferente y que los pasos que en uno se dan no pueden mimeticamente trasladarse al otro. Hacerlo sería un grave error. Pero también es evidente que ambos pueblos tenemos en común el estar inmersos en el proceso de lograr el reconocimiento de nuestro derecho a decidir. El pueblo catalán por la vía catalana, nosotros y nosotras por la vía vasca, pero ambos para encontrarnos en el mismo camino, en el camino de los pueblos libres.
Todas las culturas políticas (y no solo partidos políticos) que ocupamos un lugar en este pueblo tenemos un compromiso histórico, que no es otro que el de dar salida al conflicto que históricamente nos atenaza. ¿Y cuál es esta clave? Pues ni más ni menos que el reconocimiento de Euskal Herria como nación y el reconocimiento y respeto del derecho de sus ciudadanos y ciudadanas a decidir sobre su futuro sin ningún tipo de límite o injerencia externa. En Euskal Herria tenemos que alcanzar un amplio acuerdo en torno al derecho a decidir.
Sortu esta deseosa de llevar a cabo ese ejercicio junto con el resto de agentes y fuerzas, porque queremos la resolución integral del conflicto y porque solo sobre esa base democrática resulta posible llevar a efecto todos los proyectos políticos, incluido el nuestro, que no es otro que la plena libertad de nuestro pueblo, al que el actual marco niega toda posibilidad de independencia y condena a la asimilación. Sería una irresponsabilidad dejar este triste legado a nuestros jóvenes y a las próximas generaciones.
Así pues, tenemos un futuro lleno de retos. Vientos de libertad soplan como nunca lo han hecho en Europa. Soplan con fuerza en Escocia, en Cataluña, en Flandes, en Córcega... Está claro que no podemos dejar pasar esta ola independentista y frente al estado que lleva décadas despreciando las ofertas que de un modo y otro lo hace este pueblo, en opinión de Sortu la única alternativa, la única verdadera es la independencia. Adelante pues, endavant!
