Hoy, día de la Hispanidad, día de la armada española, hemos elegido el cuartel de La Salve para mostrar el trato que ha ofrecido España a nuestro pueblo. España ha despreciado a nuestro pueblo, sigue despreciándolo, y pretende hundirnos, ahogarnos como pueblo.

Esa España tiene en La Salve a una de sus principales embajadas. Con una armada que ha cometido infinidad de atrocidades entre sus paredes.

Esas paredes están cubiertas de sangre de multitud de ciudadanos vascos. En La Salve, los detenidos han padecido la bañera, los electrodos, la bolsa, golpes y más golpes... durante un día, dos días, tres días, hasta diez días.

Todavía llega hasta nuestros oídos el ruido seco de los golpes propinados por los defensores de la Hispanidad. Miles de ciudadanos y ciudadanas vascas tenemos amoratado el corazón para siempre tras pasar por los centros de tortura como La Salve.

No hemos superado el daño, no lo hemos olvidado; y tampoco hemos creído la mentira extendida durante todos estos años. Porque es mentira que la aplicación de la tortura a los detenidos y detenidas por razones políticas ha sido un tema puntual y esporádico; o que forma parte de la práctica corrupta de ciertos funcionarios.

La tortura ha sido una herramienta fundamental en la estrategia de guerra del Estado. Aplicada de manera sistématica y con absoluta impunidad. Durante décadas, el empleo de la tortura ha sido posibilitado por las fuerzas políticas principales, las fuerzas represivas y las legislaciones de excepción del Estado español.

El Gobierno Vasco, ha registrado 4800 casos de tortura en el primer censo hecho público sobre la tortura.

Y no estamos hablando de la época del Franquismo. Los datos son claros: hay más casos probados en la década del 2000 que en la década de los 70.

Según esta investigación del Gobierno Vasco, por los menos en 4000 ocasiones han sido denunciados la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Ertzantza. Los denunciados, sin embargo no han sido castigados hasta ahora. ¿Cómo va a auto-castigarse el Estado? ¿Cómo va a reconocer, y menos un día como hoy, que el proyecto de la Hispanidad ha pretendido ser impuesta en nuestro pueblo mediante la bañera y los electrodos?

La Salve, por desgracia, no es pasado todavía. Como no lo es la tortura. Y tampoco la imposición. Y el día de la Hispanidad que se nos impone. Está en nuestras manos, en el de todos nosotros y nosotras, superar el pasado. Nosotros queremos mirar al futuro, a la república libre que queremos contruir. Y mediante está movilización de hoy te invitamos a tomar parte en esta lucha.

Hoy, lo decimos más alto que nunca... Gora Herri askeak!!!

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