Hemos comenzado el año con el asesinato de un hijo a su madre en Portugalete. La violencia y agresiones machistas no se pueden entender de manera aislada ni como excepciones.
Emakume bat eraila Portugaleten.#matxismoakhiltzendu
— Sortu (@sortuEH) 2017(e)ko urtarrilak 12
Aski da! pic.twitter.com/C4qm0FoDy1
La violencia contra las mujeres es estructural y necesaria para el funcionamiento del sistema patriarcal. En la medida que se pierde el orden del poder, en manos fundamentalmente masculinas, algunos hombres ejercen la violencia como respuesta a la pérdida de dicho poder. De la misma manera, en la medida que las mujeres ejercemos el derecho a decidir sobre todos los espacios de nuestra vida, hay hombres que ejercen la violencia múltiple como acción-reacción.
Los agresores tienen como única herramienta de control el sistema heteropatriarcal, y se valen de ello. Aún hay mucho camino que recorrer en la consecución de una sociedad equitativa e igualitaria para mujeres y hombres.
Aún son múltiples las violencias ejercidas contra las mujeres, son vasos comunicantes todas ellas, y construyen las condiciones para que los actos de violencia se sucedan: la cosificación de las mujeres en video-juegos filmes y algunas publicaciones, la normalización del control sobre las decisiones formas de vestir y movimientos de las mujeres, la pretendida judicialización sobre nuestros cuerpos, la banalización de la violencia machista a la hora de abordarla por parte de la mayoría de los medios de comunicación, la reducción de las medidas de prevención y el presupuesto que corresponde, la doble moral y el doble lenguaje por parte de algunos y algunos representantes institucionales, a fin de cuentas, la perversa normalización de la violencia machista.
Llamamos a participar en las movilizaciones que la Marcha Mundial de la Mujeres ha convocado para hoy en los pueblos y barrios de Euskal Herria.
