Ayer Caracas despertó radiante de sol y bañada en las lágrimas de centenares de miles de venezolanos han vertido desde que trascendió la noticia del fallecimiento del Comandante Presidente, Hugo Chávez.
Las grandes avenidas, rebosantes de Chavistas que no podían dejar pasar la oportunidad de despedir a su carismático líder presentaban un aspecto chocante, colorista en blanco y rojo, mucha música, improvisados puntos de venta de comida y refrescos-está en vigor la ley seca durante los días de luto oficial- muchas muestras de mutuo consuelo. Un duelo bien distinto al que conocemos en Euskal Herria. Tan profundo,sin duda, pero menos sobrio. Aquí lloran y se abrazan. Se dicen "fortaleza" y no dudan un segundo en parar a los extranjeros para asegurar que hubo la ignición pero que el pueblo venezolano lo llevará adelante. Hablan de la Revolución Bolivariana.
Además se sienten acompañados por muchos países, pueblos y organizaciones sociales de todo el mundo.
Ahí estaba la parte oficial. Más de 30 Jefes de Estado. Decenas de Cancilleres, cientos de organizaciones sociales y políticas, personalidades de la cultura y economía, líderes campesinos, mineros, obreros, las cúpulas militares de los países vecinos.
Todo ello con el particular estilo venezolano. El de la Patria de Hugo Chávez.
Martin Garitano.
SORTUko kidea eta Gipuzkoako Diputatu Nagusia.