David Cameron considera que hay que tener en cuenta el derecho de los pueblos a decidir su futuro.
Al hilo del referéndum que, por acuerdo de su gobierno y el ejecutivo de Alex Salmond, se celebrará el año próximo en Escocia, el primer ministro británico se ha mostrado partidario de exponer argumentos y dejar que la ciudadanía sea la que decida.
Las declaraciones del mandatario británico vuelven a situar el derecho de autodeterminación en el centro del debate y obligan a una reflexión sobre otros procesos que como el escocés pueden y deben de tener una salida democrática en el marco de la Unión Europea.
"Así se hacen las cosas en el Reino Unido", defiende Cameron. Y precisamente esa declaración pone de manifiesto el camino que queda por recorrer a otros estados, como el francés o el español, que siguen anteponiendo las recetas uniformizadoras y centralistas a la voluntad de los pueblos.
Los estados español y francés carecen hoy como ayer de oferta democrática para nuestro país como lo demuestra su actitud de bloqueo al proceso de soluciones, que tiene como objetivo último perpetuar el conflicto para poder seguir imponiendo por la fuerza su proyecto.
Las palabras de Cameron ponen si cabe más difícil a PP y PSOE defender en Europa "la forma de hacer las cosas en el Reino de España". Por el contrario, el proceso de resolución y la demanda del derecho a decidir sitúan a Euskal Herria en parámetros internacionales.
La receta de Madrid y París está fuera de tiempo político. Y hasta pierde pie en el contexto internacional más cercano. Como la ciudadanía de Escocia o de los Països Catalans, los vascos y las vascas queremos, podemos y vamos a decidir nuestro futuro.
Maite Ubiria, responsable de internacionales de SORTU