Al hilo de la decisión adoptada por el Tribunal Constitucional de mantener en prisión (a pesar de tener cumplidas las 3/4 partes de sus condenas) a Arnaldo Otegi, Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto, Sortu quiere trasladar las siguientes reflexiones:

• Todas las decisiones que se están adoptando con el sumario Bateragune, de la primera a ésta última, son inexplicables jurídicamente, laminan los derechos fundamentales que les asisten a los condenados y solo se entienden desde el impulso político propiciado por los enemigos de la paz que son los que diseñan y ejecutan cada uno de los pasos que se están dando en este caso.
• ¿Cuál es el objetivo de los enemigos de la paz? Buscan con todas las herramientas en sus manos, colapsar y destruir el proceso de paz, puesto en marcha por la Izquierda Abertzale y el conjunto del movimiento soberanista. Este es el objetivo y quienes manejan la agenda son Rajoy y Rubalcaba, el PP y el PSOE van de la mano en esta labor.
• Tienen autentico pavor a la paz y buscan poner palos en la rueda del proceso en aquellos ámbitos, en las cárceles, en la audiencia nacional, a través de la represión... Todo con el único objetivo de impedir el avance de este nuevo tiempo abierto en nuestro país al que temen porque no tienen una oferta democrática que realizar.
• No hay fortaleza, sin embargo, tras esta actitud de persecución y ensañamiento, sino una debilidad extrema que hace tiempo ha quedado en evidencia ante nuestro pueblo que cada vez de manera más mayoritaria exige romper amarras con este Estado podrido.
• Los enemigos de la paz tanto en Irlanda como aquí pueden hacer mucho daño pero no pueden parar ni condicionar la apuesta por recobrar todos los derechos que nos corresponden como pueblo. Tienen perdido de antemano esta batalla.
• Para finalizar, desde Sortu exigimos la libertad inmediata de todos los condenados por el denominado caso Bateragune y el fin de todo el andamiaje judicial de excepción que se sigue practicando para condicionar el proceso y a los impulsores del mismo, y en el mismo sentido, de un modo más amplio, el fin inmediato de la política de dispersión y de ensañamiento y venganza que se mantiene para con los presos enfermos.