Nuevamente los temas relativos a política penitenciaria están de actualidad política por diversas circunstancias y por medio de esta comparecencia Sortu tiene interés en fijar posición al respecto.
Hemos dicho en muchas ocasiones que es necesario un cambio de política penitenciaria y volvemos a repetirlo. La política penitenciaria en vigor no tiene ninguna justificación, ni legal ni política alguna. Y tampoco tiene justificación desde la lógica política que la creó. La dispersión, le eliminación de los beneficios penitenciarios, las trabas a los estudios, a la atención médica digna, la propia doctrina Parot... todas esas medidas han sido y desgraciadamente siguen siendo instrumentos de una política antiterrorista que nunca ha sido compatible con los derechos humanos y además son medidas que responden a una situación que nada tiene que ver con la del 2014.
Cuando hablamos de la necesidad de cambio de política penintenciaria sabemos que eso no va a pasar de la noche a la mañana, y por eso volvemos a insistir que hay que abordar ya, con urgencia, la situación de los presos con enfermedades graves e incurables. En la actualidad hay 11 presos políticos vascos que sufren enfermedades graves que debieran ser atendidas fuera del ámbito penitenciario. Hay dos casos de una gravedad extrema, que son los de Ibon Iparragirre y Ventura Tomé; ambos sufren cuadros médicos que no pueden ser atendidos en prisión y que se están agravando de una manera alarmante. Mantener en prisión a Ibon Iparragirre y Ventura Tomé supone poner en riesgo su esperanza de vida y someter a ellos ya sus familiares a un calvario totalmente gratuito.
Este fin de semana, los expertos reunidos en torno al Foro Social para el Impulso del Proceso de Paz han concluído que la legislación penitenciaria vigente ofrece mimbres legales suficientes para abordar un proceso de excarcelación, y nosotros pensamos que sólo hace falta voluntad para encontrar soluciones políticas porque precisamente es la actual política penitenciaria la que no cumple con la ley penitenciaria en vigor.
La Ley General Penitenciaria y el Reglamento Penitenciario en vigor ofrecen resortes suficientes para ese cambio de enfoque necesario; por medio de una aplicación progresista, que permita que los presos políticos vascos puedan ser trasladados a cárceles vascas para más tarde ser sujetos de un proceso de excarcelación.
El Colectivo de Presos Políticos Vascos decidió en diciembre del pasado año dar inicio a peticiones individuales de traslado a cárceles vascas y cursar dichas peticiones en base a lo recogido en las disposiciones legales al respecto; eso tiene un valor político enorme
a nuestro entender como posición en términos de proceso de paz. Ha transcurrido ya medio año, los presos políticos vascos han realizado las peticiones de traslado y algunos han comenzado a recibir respuestas negativas basadas en valoraciones que no están recogidas en reglamento alguno; negativas que una vez más arguyen valoraciones políticas o exigencias subjetivas como arrepentimientos u otras que no se ajustan a derecho.
Por lo tanto queremos exigir al Gobierno español, que cumpla con su propia legislación penitenciaria y atienda de manera positiva las peticiones de repatriación de los presos políticos vascos. Es hora ya de un cambio de política penitenciaria, la política penitenciaria que se aplica hoy no es la base para normalización política y social de este país.
Y esto no lo decimos sólo nosotros, no es la posición de parte de la IA. Es lo que dice la mayoría social vasca; es lo que dijeron los expertos, juristas y magistrados que participaron en el Foro Social y pusieron en valor esa idea: que la legislación vigente española ofrece los márgenes legales suficientes para el cambio de política penitenciaria. Que la ley penitenciaria dice lo que dice, y otro tipo exigencias éticas o morales serán eso, exigencias morales, muy a tener en cuenta para la convivencia, pero jamás condiciones exigibles como plus político o de humillación a alguien que ya ha apostado por las vías pacíficas y democráticas y que se compromete a no utilizar los métodos del pasado; y ése es el compromiso de los presos políticos vascos.
La experiencia internacional nos demuestra que qué funciona y qué no. El binomio vencedores y vencidos no ha funcionado en ninguna parte del mundo sino ha sido a través de victorias militares que han enquistado y perpetuado los conflictos. Las sociedades que han conseguido o están en vías de conseguir la normalización social y política han abordado procesos de excarcelación de los presos, han acordado esquemas de reparación a todas las víctimas que han sufrido la violencia, y han culminado programas de desarme y desmilitarización.
Euskal Herria tiene necesidad de dar pasos en clave positiva y por eso queremos hacer un llamamiento a quienes todavía no lo han hecho a que se muevan; a que apuesten por la paz; a que posibiliten nuevos escenarios de resolutivos. Es el momento de los Gobiernos, el cambio de la política penitenciaria sin más dilación, comenzando con la libertad de los mayores de 70 años y la libertad de los presos con enfermedades graves e incurables.