El próximo día 13 se cumplirán 34 años de la muerte por torturas a manos de la policía española del zizurkildarra Joxe Arregi. Desde entonces, el 13 de febrero se ha convertido en referencia anual para la denuncia de la práctica de la tortura; y este año también, por desgracia estamos ante la necesidad de denunciar y volver a movilizarnos contra la práctica de la tortura y contra las medidas de legales de excepción que amparan la existencia de esa lacra.

El viernes día 13 de febrero se han organizado actos para la denuncia de la práctica de la tortura en diferentes puntos de Euskal Herria. Entre ellos el que se tendrá lugar en la plaza del ayuntamiento de Iruña a las 7 de la tarde, y el que os presentamos en este momento y que se celebrará el sábado 14 a las 12 del mediodía en el frontón municipal de Basauri bajo el lema "Tortura, un instrumento de Estado contra Euskal Herria".

En el acto político de Basauri, Sortu denunciará que el Estado ha utilizado la tortura como herramienta política a través de los tiempos y que además lo ha hecho de manera sistemática y con total impunidad.

La práctica de la tortura ha sido avalada durante años y años por las principales fuerzas políticas del Estado, las fuerzas de seguridad y las legislaciones de excepción o antiterroristas.

Algunos todavía se permiten poner en duda la existencia de la tortura o intentan limitar dicha práctica unos casos aislados. Esa percepción no encaja en absoluto con la realidad que hemos vivido en las últimas décadas; un ejemplo evidente de una cuantificación aproximada de esa realidad es el informe previo que presentó el Gobierno de Gasteiz la semana pasada. En un primer censo se han registrado 3587 casos de denuncia de tortura; y esto no es sino el inicio de esa labor. Entre los negacionistas de la tortura hay incluso quien dice que es un fenómeno del franquismo, desaparecido con la democracia española.

Los datos dicen también que hay más casos probados en la década del 2000 que en la de los 70.

Creemos que para que no se den más casos de tortura ni de vulneración de derechos durante el periodo de detención, es necesario derogar la legislación de excepción y particularmente la incomunicación que es la que permite que la tortura y los malos tratos campen a sus anchas; y así mismo, que las fuerzas policiales que se han distinguido por la aplicación de esas medidas y especialmente de la tortura abandonen este país y dejen de suponer una amenaza constante contra la integridad de sus ciudadanos y ciudadanas.

Queremos invitar a los ciudadanos y ciudadanas que así lo deseen a tomar parte en estas iniciativas y así denunciar el uso de la tortura durante el periodo de detención.

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