Amaia Izko: "Aquí no se están utilizando razones jurídicas, aquí hay una razón política de peso: paralizar los procesos de cambio que se están dando con el fantasma de la criminalización y la represión".

Aparece sorpresivamente un testigo tras 15 años de los sucesos.

Esta situación entra de lleno en lo que hemos venido llamando fabricación de acusaciones y pruebas para conseguir que personas que ya han cumplido las condenas impuestas, tengan que enfrentarse de nuevo a procedimientos judiciales y, en la mayoría de los casos, si no en todos, para que estas personas vuelvan a la cárcel. Y en última instancia para frenar las ansias de libertad de este pueblo.

 

Jorge Olaiz se le se reabre una causa de hace 15 años con un informe conjunto de la policía nacional y la Guardia Civil que reinterpreta las pruebas que ya existían y se valoraron por fiscal y juez cuando el asunto se archivó en 2002 y APARECE en la causa por arte de magia una persona que dice ser TESTIGO PRESENCIAL de los hechos del año 2000 y dice reconocer hoy a Jorge Olaiz como la segunda persona que estaba en las inmediaciones del domicilio de Ruiz Langarica allí cuando Iñaki Beaumont fue detenido. 15 años después aparece un testigo que nunca había aparecido en el procedimiento, ni en el momento de la detención, ni en la instrucción, ni en el juicio, ni cuando la posterior detención de Jorge Olaiz. Nunca hasta 15 años más tarde. Y ahora toda la acusación contra Jorge Olaiz se sustenta en este SORPRENDENTE testigo que mantienen como anónimo y ocultan absolutamente a todas las partes.

Como decimos la cosa se califica por sí sola. Pero es que a esta situación existe un juez y un fiscal, eso sí de la audiencia nacional como no, que le dan carta de naturaleza reabriendo la causa y llamando a Jorge Olaiz a declarar, y tras esta declaración a prisión alegando riesgo de fuga (absurdo, teniendo en cuenta que el acusado se presento voluntariamente a la declaración).

Esto desde luego insulta la lógica y el entendimiento de las personas, al tiempo que violenta todos los principios que rigen el proceso penal, pero lo más grave es que responden a un torticero origen y objeto políticos que por supuesto hemos de denunciar.

Aquí no se están utilizando razones jurídicas, esta maniobra tiene un claro objetivo político: paralizar los procesos de cambio que se están dando con el fantasma de la criminalización y la represión.

La causa reabierta a Jorge Olaiz es una maniobra de estado contra los procesos de cambio abiertos en este pueblo.

El PP tiene diferentes motivaciones para pisar a fondo el pedal del acelerador de la represión. Principalmente porque le es fundamental mantener las cárceles llenas y así poder justificar la existencia de la Audiencia Nacional y todo el entramado de excepción. Y especialmente adoptan esa actitud para que las medidas de excepción jamás abandonen los parámetros del conflicto político y de esa manera no llegue a abordarse su resolución en clave política.

Queremos volver a subrayar que estamos ante una dinámica de autogolpe de Estado. Un autogolpe de Estado que se basa en la excepcionalidad y en la vulneración de libertades fundamentales como la de expresión, el derecho a la defensa, etc. Y tras esta dinámica de autogolpe se encuentran los sectores más ultras del PP, de la judicatura, la Guardia Civil; y el objetivo, impedir el cambio político tanto aquí en Euskal Herria como en los Països Catalans y en el Estado español en su conjunto.

Hay que subrayar, que justamente las raíces del conflicto político se muestran claramente en las ansias de cambio de este pueblo, en Nafarroa y en el conjunto de Euskal Herria. Este cambio es lo que quieren dinamitar. Para ello ejercen la represión contra la izquierda abertzale, conscientes de que es motor de cambio.

Las políticas de excepción no son para la IA o los ciudadanos vascos o catalanes. Los recortes de libertades que ahora se ponen en marcha en el Estado ya vienen siendo aplicados durante décadas en Euskal Herria. La Ley Mordaza o las medidas contra las libertades civiles que recoge el nuevo pacto entre el PP y el PSOE tienen su origen en las políticas de excepción aplicadas en Euskal Herria; hay una decisión clara de extender la excepcionalidad a todo el Estado por medio de un nuevo plan ZEN.

Nuestra solidaridad con las personas que sufren la represión, y en este caso con Jorge Olaiz y su familia.

El estado tiene a la clase trabajadora en el punto de mira de la represión, todas las personas que apuestan por cambios en profundidad. Queremos mostrar nuestra solidaridad con todas ellas, y hoy en especial con Jorge Olaiz y su familia.

Nuestro compromiso para seguir uniendo fuerzas a favor de la democracia y el cambio.

Creemos que hay que articular una respuesta plural ante los recortes de libertades, y desde Sortu mostramos nuestro compromiso para seguir trabajando sumando fuerzas en esta dirección.

El cambio está en marcha y es imparable, este es nuestro convencimiento.

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