Mañana martes, el Tribunal Supremo español vuelve a decidir sobre la suerte de dos ciudadanos vascos, Alberto Plazaola y Santiago Arrospide, y pretende aplicar un criterio injusto y que además es contrario al espíritu de la norma marco europea.

Es completamente contrario al marco legal europeo en la materia porque aboga por eliminar el doble cómputo y que además los presos cumplan condena en su entorno social.

Es injusto porque desde cualquier punto de vista no tiene sentido alguno que se obligue a una persona presa a cumplir dos veces la condena por un mismo delito, primero en Francia y en España; y eso es lo que se pretende hacer con Alberto Plazaola y Santiago Arrospide. Es más, ni siquiera van a esperar a que el Tribunal de Luxemburgo resuelva la cuestión prejudicial que ya ha planteado la sección tercera de la Audiencia Nacional.

Es un abuso tan evidente que no tenemos duda alguna será corregido por el Tribunal de DDHH de Estrasburgo, si no lo es antes por el de Luxemburgo, aunque desde luego esto llevará su tiempo y mientras tanto se obligará a personas presas a pasar por un calvario doble contra todo sentido de la aplicación de la justicia.

Hay que subrayar que lo que se pretende es hacer que en la práctica se cumplan las penas dos veces y esto sólo puede entenderse desde la venganza más absoluta y rastrera contra presos que están en una situación de desventaja para poder defenderse y a quienes en estos momentos incluso se les está negando el derecho a disponer de defensa penal desde la operación policial contra los abogados del 12 de enero.

El Estado español está dando muestras de lo que ya sabíamos, que no es un Estado de Derecho y que está dispuesto a caer en la prevaricación más flagrante para aplicar una justicia de venganza y de eliminación de los derechos más elementales como es el derecho a la defensa, un tratamiento penitenciario respetuoso con los derechos humanos o una ejecución de la pena acorde con los estándares internacionales.

El Estado con esa actitud está cayendo en un menosprecio constante de la ciudadanía vasca; el Estado es el mayor enemigo que tiene la paz en estos momentos y lejos de actuar con la altura de miras exigible a un gobierno para llevar adelante el proceso de resolución está aplicando medidas que buscan precisamente reventarlo, sembrar el desánimo y la desesperanza.

No podemos caer en esa trampa; frente a un Estado que no sabe qué es la democracia, ante los securócratas que dirigen la política española en nuestro país, el sábado hicimos un llamamiento desde el acto del BEC para realizar nuestro propio tránsito hacia la independencia, por nuestros medios, con nuestras fuerzas, con nuestra gente y nuestro país. A los vascos y vascas no nos quieren en España, no tienen nada para nosotros, y nuestra obligación es encontrar una vía vasca hacia la independencia que nos posibilite vivir en libertad y justicia social.

Por ultimo, queremos llamar a la movilización convocada para mañana, a las 19:00 horas en la plaza de Oñati.

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