Una vez más, el Tribunal Europeo de DDHH de Estrasburgo ha condenado a España por no investigar una denuncia de torturas, en este caso la interpuesta en su día por Patxi Arratibel. Y decimos una vez más, porque esta no es la primera ocasión en que Estrasburgo condena a España por este motivo y mucho nos tememos que no será la última.
Esta sentencia condenatoria deja en evidencia la actitud connivente que el Estado español ha mantenido hacia la tortura. La tortura no es un "exceso policial" sino una herramienta cruel y despreciable que el Estado ha utilizado para el control social y político. Al Estado español no le duelen prendas en utilizar la tortura y vulnerar los derechos humanos más elementales cuando se trata de imponer sus intereses. Esa es la realidad que históricamente hemos conocido y que es parte de la violencia ejercida por el Estado y que por desgracia todavía no ha desaparecido.
Las miles de denuncias por torturas y malos tratos de las últimas décadas apuntan claramente en esa dirección, y en el contexto de un proceso de resolución que busca la paz y asentar la convivencia, ponen de relieve la necesidad de contar con una "Comisión de la Verdad"; porque la sociedad vasca tiene derecho a conocer todo lo ocurrido, porque las víctimas de la tortura deben ser sujeto de reconocimiento y reparación, y sobre todo, porque es necesario conocer toda la verdad como antídoto para que nadie vuelva a pasar jamás por el calvario de la tortura.
La sociedad vasca es sabedora de la responsabilidad política que el Estado español tiene en la utilización de la tortura como medio para obtener declaraciones contra la voluntad de los detenidos y así también sembrar el terror entre la ciudadanía. El Estado español tiene que asumir la responsabilidad de esa práctica deleznable y en ese sentido debería tomar medidas urgentes al respecto, entre otras, terminar de una vez por todas con los juicios y sumarios políticos basados en autoinculpaciones obtenidas bajo tortura como es el caso del que se está llevando a cabo en la AN de Madrid esta semana contra varios jóvenes de Iruñea.