Tras los sucesos de Altsasua, Sortu ha puesto en conocimiento de la sociedad varias reflexiones; hoy queremos dar un paso más; queremos dar a conocer lo que en nuestra opinión se oculta detrás de todo esto.

¿A qué responde la operación de Altsasua? En nuestra opinión, la respuesta es clara: el estado español está tratando de reventar las opciones de paz en este país. Por lo tanto, estos hechos forman parte de toda una operación para tratar de impedir una solución justa, estable y duradera al conflicto.

Hace más de cinco años que ETA decretó el cese definitivo de su accionar armado, y durante este tiempo ha hecho todo lo posible por acometer un desarme ordenado. Mientras tanto, el estado ha boicoteado toda iniciativa a ese respecto, tal y como lo demuestra la detención de Mikel Irastorza. Y además, anuncia que va a continuar haciéndolo.

En el tema de los presos políticos, cada vez que se ha anunciado una nueva iniciativa por parte del Colectivo o de la sociedad civil, el estado la ha saboteado:

  • Operación contra Herrira en el año 2012.
  • Operación contra los abogados y los interlocutores del Colectivo en el año 2014.
  • Y ahora estamos asistiendo a nuevos intentos de criminalización, curiosamente cuando el Colectivo anuncia un profundo debate para facilitar la resolución de esta cuestión.

En el tema de las víctimas, el estado continúa boicoteando todas las iniciativas en favor del reconocimiento de todas las víctimas, como lo demuestran los recursos interpuestos en el Constitucional en contra de las leyes de víctimas aprobadas en el parlamento de Nafarroa y el parlamento de Gasteiz.

Y esta misma semana ha dado un nuevo paso en el objetivo de criminalizar la demanda de desmilitarización de Euskal Herria. Que no nos engañen: lo que pretenden con la operación de Altsasua es criminalizar e imposibilitar de facto la demanda de dismilitarización; blanquear el negro historial represivo de la Guardia Civil; e imponer un relato de vencedores y vencidos, todo lo cual ataca frontalmente a toda solución razonable del conflicto.

Pues bien; no nos vamos a cansar de decirlo:

  • Se va a tener que producir un desarme ordenado de ETA.
  • Los y las presas vascas tienen que salir de prisión, en los tiempos y formas en que acuerde la propia sociedad vasca, pero tienen que salir de prisión.
  • Se tiene que producir un reconocimiento de todas las víctimas, y un esclarecimiento de la verdad, de toda la verdad.
  • Y los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado tendrán que abandonar Euskal Herria.

Y todo esto, no porque lo diga ETA, o Sortu, o la izquierda abertzale. Todo esto porque así lo dicta el sentido común, porque así lo dictan los estándares internacionales, y porque así lo demanda una inmensa mayoría de la sociedad vasca.

Sortu entiende que ha llegado la hora de decir basta. La sociedad vasca quiere la paz, una paz completa, estable y duradera. No podemos permitir que los enemigos de la paz condenen a este pueblo a la no solución.
Por eso, anunciamos que vamos a iniciar una ronda de contactos con los agentes políticos, sociales y sindicales del país para compartir esta reflexión y tratar de acordar una respuesta a la altura de este ataque.

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