Queremos abordar desde Sortu la polémica sobre la abolición foral que es lo que en el fondo pretende el debate sobre la figura del convenio/concierto.
Para ello partimos desde una premisa clara: Sortu es un partido independentista, que defiende la independencia para Euskal Herria; y lo hacemos porque pensamos que es la única herramienta que garantiza la pervivencia de la nación vasca en el mundo globalizado, consideramos que la soberanía en todas sus vertientes, política, social y económica es imprescindible para garantizar la viabilidad de los vascos como pueblo y por último, sabemos que la independencia es el máximo nivel de libertad al que puede aspirar un pueblo, y eso es lo que queremos para este país, que sea dueño de su propio futuro y que goce de una capacidad de decisión y actuación política sin límites.
En ese sentido no podemos sino poner en evidencia la falsedad del mito foral en el contexto político actual. Los derechos históricos en forma de foralidad como los conocemos a fecha de hoy son restos de unas libertades que este país conoció y ha visto arrebatadas. Y así pues, en consecuencia, el formato de concierto/convenio lejos de ser un esquema de igual a igual no es sino una relación de subordinación de los intereses de los vascos y vascas a las necesidades económicas de un Estado que no es el nuestro, y que además utiliza los recursos que obtiene en los cuatro territorios forales al mantenimiento de una supraestructura de Estado (ejército, policías, casas reales, embajadas y deuda soberana española), y eso se utiliza para perpetuar el statu quo español e impedir que los vascos y vascas podamos decidir libremente nuestro futuro.
Por eso, los independentistas debemos decir alto y claro que el modelo de concierto/convenio es un formato de relación económica con España; y nosotros desde Sortu queremos que los vascos rompamos amarras con España. No defendemos ningún modelo de relación dentro de España sino el que más rápido nos permita irnos de España.
Para nosotros es significativo que se plantee este debate desde posiciones de regresión centralista, precisamente cuando la realidad soberanista catalana y vasca ya han desbordado el marco constitucional español; cuando en Catalunya la mayoría social y política ya es claramente independentista y cuando en Euskal Herria la mayoría de la ciudadanía sitúa como
clave para llevar el proceso de resolución hasta sus últimas consecuencias que los ciudadanos vascos podamos decidir libremente nuestro futuro. Y tenemos claro que esto se hace para hacer frente a esa realidad soberanista en Catalunya y en Euskal Herria. Y ese discurso lo lanza el líder de un partido que cada vez está más alejado de la realidad social catalana y que lejos de aportar soluciones reales a su país pretende embarrar la situación de los demás para intentar ocultar su incapacidad política.
Nosotros no somos quién para inmiscuirnos en la política catalana, eso por supuesto, pero sí que al menos queremos decir dos cosas:
En primer lugar, que siempre seremos solidarios con la aspiración de los ciudadanos y ciudadanas catalanes de decidir libremente su futuro y por lo tanto su lucha por la libertad plena y la independencia es también la nuestra.
Y en segundo lugar, queremos lanzar un mensaje a esa ciudadanía catalana: no se dejen engañar, la subordinación política de Catalunya a España y el expolio económico que eso supone no se soluciona con un concierto ni un convenio que no sería sino otro modelo de relación para retener a Catalunya en España. Las soluciones están en la libertad plena, tanto en los Països Catalans como en Euskal Herria: soberanía política y económica, independencia para poder organizarnos políticamente y poder garantizar un modelo social más justo y que pueda proteger a toda la ciudadanía. Y eso no nos lo da España, eso es precisamente lo que nos niega España a vascos y catalanes, y el concierto/convenio no es sino otra manera de estar en España y de perpetuar un modelo de dependencia. Y ésa es nuestra posición al respecto; no podemos dar por bueno ningún modelo de Estado por muy federal que sea que no nos permita decidir si queremos seguir o no en España, por higiene democrática.
Ahora bien, que nadie se confunda; ahora que estamos recordando el 120 aniversario de la Gamazada en la que los navarros y navarras de la época salieron a la calle para defender las libertades forales frente al centralismo español, queremos decir también que no vamos a aceptar que se pretenda hacer frente a la exigencia del derecho a decidir de los vascos y vascas contraponiendo la amenaza de la involución, en definitiva, la amenaza de la abolición foral.
Quienes junto a Madrid y los Pere Navarro de turno pretendan recorrer ese camino deben saber que se encontrarán -como aquel junio de 1893- con todo un pueblo en defensa de sus libertades, Izquierda Abertzale incluida.