La policía francesa ha detenido esta mañana en Ipar Euskal Herria a los exiliados Jokin Aranalde y Beñat Atorrasagasti, y por medio de estos arrestos, el Gobierno francés ha dado una respuesta lamentable a la voluntad de abordar dinámicas en positivo mostrada recientemente por el colectivo de exiliados.

Estas detenciones dejan en evidencia que Francia sigue la estela de irresponsabilidad y falta de altura de miras con las que España afronta el nuevo tiempo político. Francia, al igual que España, está despreciando de manera ostensible la oportunidad para la paz que abrieron la Conferencia Internacional de Paz de Aiete y la posterior decisión de ETA de dar por terminada su actividad armada y prefiere seguir alimentando la represión policial con el fin de tratar de ocultar sus responsabilidades en lo relativo a la existencia del conflicto político vasco.

 

 

Quienes apuesten por la vía policial y seguir negando el reconocimiento de Euskal Herria como sujeto político deben saber que se encontrarán frente a frente con un pueblo que está decidido a llevar el proceso de resolución hasta sus últimas consecuencias; que apuesta por la paz y por el respeto al derecho a decidir como mínimo democrático para asentar en un futuro la convivencia entre vascos.

Ante esta situación Euskal Herria necesita de acuerdos entre diferentes para romper el bloqueo al que quieren condenar el proceso de paz. El compromiso adoptado entre diferentes partidos y actores sociales de Ipar Euskal Herria supone un espejo donde mirarse todo el país; para que entre todos los que queremos que el proceso de paz avance, por medio de la presión social situemos a los enemigos de la paz frente a sus responsabilidades y hagamos que su lamentable posición antisocial sea sencillamente insoportable a los ojos de la sociedad vasca.

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