La sentencia del Tribunal Europeo de Estrasburgo ha abierto un nuevo desafío para todos los demócratas y los defensores de los DDHH. El fallo debe cumplirse en su totalidad, los presos afectados deben ser puestos libertad sin más dilación; ni un minuto más en prisión, eso es lo que ha dicho Estrasburgo y así debe de cumplirse ya. Los presos políticos vascos afectados por la Doctrina 197/2006 ya han cumplido más de 200 años de prisión por encima de las sentencias a las que fueron condenados. Cada día que pasa sin que sean puestos en libertad añade una nueva fractura a sus derechos más fundamentales y es una burla al Tribunal de Estrasburgo que en su sentencia ha establecido que la Doctrina 197/2006 vulnera el Convenio Europeo de DDHH. Somos conscientes de que este tema puede resultar controvertido, no tanto en la sociedad vasca pero sí en la española; aún así la vulneración del Convenio Europeo de DDHH nunca puede ser el camino para la reparación necesaria de todas las víctimas. Vulnerar derechos no puede ser el camino para la justicia y la reconciliación. Tras la sentencia de Estrasburgo hemos emplazado al Gobierno del Partido Popular a entender el fallo como una oportunidad para modificar la política penitenciaria y apostar por el proceso de paz y normalización. Parece ser que el PP no lo está entendiendo así; estar en la manifestación de hoy en Madrid es un error. “Vencedores y vencidos” no es un esquema viable de solución, es el mismo modelo que aplicaron en la guerra del 36 y la posguerra; “vencedores y vencidos” fue el estandarte del franquismo, el mismo patrón que todavía hoy no ha cerrado las heridas de hace 77 años. Hoy en Madrid el Partido Popular saca a la calle a la España de la no solución, la que quiere retirar su firma del Convenio Europeo de DDHH porque en definitiva ni creen en Europa como referencia política más cercana ni tampoco en la defensa de los DDHH. La ultraderecha española ha parasitado a la dirección de algunas asociaciones de víctimas que sólo buscan sembrar odio y venganza, revancha y anulación de derechos básicos. Eso es la manifestación de hoy en Madrid, manipulación de los más bajos instintos para intentar imponer el pensamiento único también en materia de pacificación y convivencia; porque estamos seguros de que la manifestación de Madrid no es representativa ni de la sociedad española en general, ni mucho menos de las víctimas de la violencia que son las primeras interesadas en la paz, la normalización política y social, y sobre todo, en que nadie nunca más tenga que pasar por lo que ellos pasaron. Y si hoy tenemos una manifestación en Madrid en clave de venganza y “vencedores y vencidos”, ayer tuvimos en las calles de Bilbao a gran parte de la ciudadanía vasca que exigió el fin de los juicios y persecución política y apuesta por la paz basada en la práctica de la justicia y el respeto a todos los derechos. Frente a los que ponen los pelos de punta a la comunidad internacional exigiendo “una paz de vencedores y vencidos”, ayer nos manifestamos en Bilbao por el reconocimiento de todas las víctimas, por el respeto de todos los derechos para todas las personas y una paz inclusiva y sin humillaciones en la que ganemos todos, sin excepción. Nunca va a ser tarde para escoger el camino acertado. Las declaraciones dramáticas, exageradas, las sobreactuaciones, las mentiras… no ayudan en absoluto. La sentencia de Estrasburgo es una oportunidad para hacer bien las cosas, para modificar la política penitenciaria que el fallo del Tribunal Europeo de DDHH ha puesto en tela de juicio, y en definitiva como venimos diciendo, para que el Gobierno español dé una oportunidad a la paz.

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