Hoy Hasier Arraiz ha acudido a declarar a Bilbao, al Tribunal Superior de Justicia del Pais Vasco por unas declaraciones en las que manifestaba que hay que dar jaque mate a la Guardia Civil y que deben abandonar Euskal Herria. Frente al juzgado, Arraiz ha declarado ante los medios que "nosotras hemos sido quienes hemos sacado el conflicto del ring de boxeo y lo hemos traído al tablero de ajedrez, pero hay quien no quiere ni oír hablar de ajedrez"

Mañana miércoles, 17 de febrero, el presidente de Sortu Hasier Arraiz acudirá a declarar a Bilbao, al Tribunal Superior de Justicia del Pais Vasco bajo la acusación de haber injuriado a la Guardia Civil.

Hasier Arraiz, presidente de Sortu acudirá a declarar tras unas declaraciones en las que manifestaba que hay que dar jaque mate a la Guardia Civil y que deben abandonar Euskal Herria.

En primer lugar hay que decir que el procesamiento al presidente de Sortu supone la vulneración de un derecho básico como es el de libertad de expresión. En el Estado español existe una persecución ideológica contra la disidencia desde las instancias policiales y judiciales.

La Guardia Civil y la Audiencia Nacional son a día de hoy herramientas de excepción en este país, y por eso es por lo que pensamos que como instrumentos de excepción deben desaparecer de Euskal Herria.

La tortura ha sido un arma utilizada por el Estado contra Euskal Herria para impedir que este Pueblo sea dueño de su futuro. La tortura ha sido utilizada sistemáticamente por el Estado español contra Euskal Herria y el independentismo vasco por una parte, para conseguir declaraciones contra la voluntad de las personas detenidas y, por otra parte, para infundir pánico en el propio detenido y en su entorno más cercano. En definitiva, para que el Pueblo Vasco sepa de qué es capaz el Estado español contra la disidencia y para mantener su "Estado de derecho".

La tortura ha sido un arma utilizada por el Estado contra Euskal Herria para impedir que este Pueblo sea dueño de su futuro. La tortura no es un elemento aislado que se circunscribe a la actuación de algunos miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, ni tampoco es un "exceso policial" ejercido por incontrolados. La tortura ha sido utilizada sistemáticamente por el Estado español contra Euskal Herria y el independentismo vasco.

Y es que la utilización de la tortura ha sido una constante por parte de un Estado que reclama para sí el monopolio de la violencia. No se puede hablar, pues, de que "han sido casos aislados cometidos por funcionarios públicos que actuaban por su cuenta". Todo lo contrario, la tortura ha sido la norma y no la excepción. Fundamentalmente dos han sido los objetivos de esta utilización sistemática del tormento en las comisarías y cuartelillos: por una parte, se ha utilizado para conseguir declaraciones contra la voluntad de las personas detenidas y, por otra parte, para infundir pánico en el propio detenido y en su entorno más cercano. En definitiva, para que el Pueblo Vasco sepa de qué es capaz el Estado español contra la disidencia y para mantener su "Estado de derecho".

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