El Colectivo de Presos Políticos Vascos decidió en diciembre del año pasado dar inicio a peticiones individuales de traslado a Zaballa y cursar dichas peticiones en base a lo recogido en las disposiciones legales al respecto; eso tiene un valor político enorme a nuestro entender como posición en términos de proceso de paz. Ha transcurrido ya medio año y algunos presos han comenzado a recibir respuestas negativas basadas en valoraciones que no están recogidas en reglamento alguno; negativas que, una vez más, arguyen valoraciones políticas o exigencias como arrepentimientos u otras que no se ajustan a derecho.

Venimos a mostrar nuestra denuncia a la política involucionista que tanto el PNV como Lehendakaritza están llevando a cabo en los últimos meses sobre el proceso de normalización política y democrática y muy en especial sobre todo lo relacionado con el Colectivo de Presos y Presas Políticas Vascas.

Es manifiestamente constatable que el PNV de Ortuzar y la Lehendakaritza de Urkullu están reculando de continuo tras la histórica manifestación de Enero en Bilbo. Y la última prueba son las declaraciones de Josu Erkoreka publicadas en el dia de ayer.

Sortu quiere subrayar las declaraciones efectuadas por los magistrados Giménez, de Castro y Prada, en primer lugar, por novedosas.
• Porque ponen en solfa diferentes aspectos del Código Penal que se emplea para castigar de manera ejemplar al disidente vasco.
• Porque provienen de la magistratura y de magistrados situados en los 'puntos calientes' como son la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo y el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.
• Porque, en definitiva, plantea una visión diferente y contrapuesta a esa justicia vengativa y de carácter involucionista que se quiere aplicar desde esos mismos ámbitos judiciales por parte de aquellos que no quiere la paz, no quiere solucionar definitivamente el conflicto.

El lehendakari Urkullu intenta mantener una falsa equidistancia entre la actitud con la que la Izquierda Abertzale afronta el proceso de paz por una parte y por otra el permanente bloqueo al que lo somete el Gobierno del PP.

Esa falsa equidistancia, ese hipócrita discurso de "cauce central y sentido común" es un fraude radical, básicamente porque en este proceso quien ha hecho y está es la IA; al PNV y al Gobierno español todavía se les espera.

La mirada crítica al pasado debe ser un ejercicio compartido, y en ese contexto y teniendo como referencia las exigencias del lehendakari Urkullu, el PNV debe dar muchas explicaciones sobre la utilización de la tortura, la utilización de la fuerza para impedir el ejercicio de derechos fundamentales o las prácticas de "tirar a matar" por parte de la Ertzaintza. Su negativa a realizar esa autocrítica siembra dudas sobre su compromiso con la paz y la normalización política.

El lehendakari sabe perfectamente quién ha hecho y quién no; quién ha tomado decisiones que han posibilitado el inicio del proceso de paz y quién se empecina en torpedear todas y cada una de las iniciativas tendentes a su consolidación y la normalización política, que no es otro que el PP y su gobierno; y por eso es grave y sumamente cínico que se permita repartir responsabilidades por igual entre la IA y el Gobierno español. En definitiva, con sus manifestaciones, Urkullu da alas a quien mantiene una política carcelaria inhumana y criminal y así, intenta aligerar la enorme responsabilidad que el PP por boicotear, y el PNV por permanecer como espectador, tienen en la falta de desarrollo y consolidación del proceso de paz y normalización política".

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